Teodora "Lola" Bustamante

Teodora “Lola” Bustamante, nació el 23 de julio de 1938 en Apaxtla, Guerrero, México. Hija de Froylan Santander Flores y de Gilberto Bustamante Bahena.

Se casó con Pedro Solano y juntos tuvieron 12 hijos; Rosenda, Everardo, Francisco, Juana, Fernando, Margarita, Pedro, Roberto, Adan, Obdulia, Celia y Delia.

Tuvo el placer y gozo de ser abuelita de 52 nietos, 71 bisnietos y 8 tataranietos. Tanto los quiso, que llegó a ser para Peter, Aracely y Andres más que una abuela, también fue una madre.

Su vida era su familia. Sin expresar tanto las palabras usuales tal como, te quiero, o te amo, ella demostró su amor por sus hijos y demás familia a su manera. Todos sentíamos su profundo amor por cada uno de nosotros cuando nos hablaba con cariño o incluso con regaños. A los varones se dirija como “guapo mijo” y sus hijas además de guapas, como “las mejores cocineras y bien chingonas”. Lloraba y reía con nosotros. Fue una buena suegra también, respetando y aceptando a sus nueras y yernos como parte de su familia.

Uno de sus dones era contar historias. Nos cautivaba contando acerca de su vida en México, o recordando viejos tiempos de sufrimientos y alegrías. Historias chistosas y otras tristes. Lo hacía de tal forma que nos sentíamos como si estuviéramos ahí.

Lola creía en Dios y en su poder, y lo demostraba al orar por sus hijos e hijas y adorar a Dios en la privacidad de su cuarto en esas oraciones. Ella creía, aunque no estaba segura, que esta vida no es el final. Añoraba volver a ver a sus padres y hermanos y a sus hijos Everardo, Francisco, Delia y Celia que partieron muy jóvenes, dejando su corazón roto. Conversábamos con esperanza de volverlos a ver al partir de este mundo. Ahora estamos seguros de que mientras nosotros estamos de luto por su pérdida, ellos la recibieron con alegría después de una larga separación. 

Las escrituras nos confirman en 1 Corintios 15:22 “Porque así como en Adan todos mueren, así también en Cristo todos serán resucitados” y le creemos a Jesucristo cuando dijo, en Juan 11:25 “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”.

Lola; tus hijos, nietos, bisnietos, demás familia y amigos te aman, te extrañan y esperan con gozo el día en que te vuelvan a ver. Que descanses en los brazos del amor de Dios hasta ese día glorioso.