Sanjuana Perez Alvarado

En memoria de Sanjuana Perez Alvarado: Obituario
Escrito por Amy Butler- Nieta
Sanjuana Pérez Alvarado nació el 14 de Octubre, 1945 en San Pedro, Coahuila, México. Nació de buenos padres, María Teresa Alvarado Rendón y Benigno Pérez Sandoval, y es la mayor de 4 hijos, incluyendo a José Luis, Francisco, y María Teresa.
Mi abuelita nos contaba de historias de su niñez. Nos platicaba que ella y sus hermanos se reunían para escuchar las historias de su abuelito, también que asistió a una escuela de monjas, y que ella y sus hermanos tenían que tomar un vaso grande de leche o leche con chocolate antes de salar a la escuela. En su juventud mi abuelita, junto con sus padres, se bautizaron dentro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Dias, pero despues de un tiempo la familia dejó de asistir. Mi abuelita contaba que cuando los misioneros llegaron a su casa, ella se había asustado pensando que tal vez había entrado a la casa equivocada hasta que su papá la invitó a sentarse.
Mi abuelita tuvo la oportunidad de estudiar y ser una maestra para los niños dentro de la escuela primaria. Mi abuelita siempre nos contaba, que como maestra dictaba a los niños de los libros y ellos debían de escribir en su cuaderno lo que ella dictaba, también nos platicaba de los útiles que eran requeridos para cada alumno. Mi abuelita disfruto de su tiempo como maestra y quería a sus estudiantes.
Despues conocio a su esposo Reyes Rivas, quien era alguien muy alegre. Mi abuelita nos contaba que ella tuvo que aprender como cocinar y lavar y planchar cuando se caso, y mientras que creciamos nos enseñaba poquito a poquito. Nacieron 4 hijos, 2 varones, quienes murieron cuando eran bebés, y dos hijas, mi mami Azucena y mi tía Sandra. Mi abuelita se dedicó a su familia. Con mi mama y mi tía, ella jugaba a las comadres y tomaban una Coca- Cola helada y comían juntas, tambien mi abuelita las mandaba a la tortillería para comprar tortillas.
Cuando mi abuelita tenía 40 años, mi abuelito Reyes falleció y quedó mi abuelita viuda. Cuando ella hablaba de mi abuelito, ella siempre decía que lo extrañaba. Mismo en su tristeza ella sabía que lo iba volver a ver un dia. Mi tía Sandy nos recordó que el dia que se casaron mi abuelitos llovió porque mi abuelita había comido de la cazuela donde preparaba la comida cuando era joven. Durante esto años ella continuaba comiendo de la cazuela, y decía “acabo ya me case.” Este Domingo, el dia que se reunió de nuevo con mi abuelito, nevó.
Mi abuelita después vino a los Estados Unidos para ayudar a mi mami cuidar de yo y mi hermana Susy. Un dia cuando yo tenía 5 años los misioneros tocaron la puerta donde vivíamos y después del tiempo mi abuelita se unió de nuevo a la iglesia, junto con mi mami y mi tía Sandy.
Mi abuelita nos cuidaba mientras que mi mami trabajaba, y nos encaminaba a la escuela en las mañanas y a la salida, jugaba con nosotros, y también nos regañaba cuando nos portabamos mal. Una vez yo y mi hermana Susy le hicimos una broma, creo que fue la unica y ultima vez. Había un plástico en el pasillo de nuestra casa cuando eramos chiquitas, este plástico tenía unos picos que lo mantenía a la alfombra. Un dia yo y susy decidimos dar vuelta al plástico, para que los picos estuvieran arriba, y pedimos que mi abuelita saliera de su cuarto para que pisara. Ya se imaginan el grito de mi abuelita al pisar. Yo y Susy no pensamos en lo que nuestra bromo iba causar, y las tres nos pusimos a llorar.
Mi abuelita luego tambien cuido de Arletta, Lamoni, y Jasmin. Mi abuelita siempre estaba feliz en recibirlos, y siempre estaba lista con un dulce, chicle, o galletas para ellos. Me acuerdo, que cuando eran bebés en temporadas bonitas, ella salía al patio en las mañanas para jugar con ellos cuando eran bebés. A todos sus nietos les cantaba, les contaba historias, los cuidaba, los hacía reír, y también los regañaba.
Mi abuelita tambien me platicaba de cuánto admiraba a mi tío Kelly y su familia, y mi esposo Garrick y su familia, y estaba feliz que eran parte de su familia. A mi abuelita le encantaba platicar con ellos.
A mi abuelita le encantaba ver sus novelas, tomar Coca Cola o de dieta, le encantaba ir a las fiestas y disfrutar de la comida, la música, en poder platicar, reír (tenía una risa fuerte) y poder mirar a los demás disfrutar la fiesta. Mi abuelita regañaba a otros, pero jugando, le gustaba las manualidades, compartir, y estar en la compañía de su familia. Mi abuelita ama a nuestro Padre Celestial, amaba leer las escrituras, cantar los himnos con sentimiento y su voz fuerte, y compartir su testimonio con sus amigos y familia.
Durante su vida tuvo enfermedades, y con ayuda se recuperaba. Mi abuelita siempre parecía fuerte y tenía mucho amor que compartir. Sanjuana Perez Alvarado falleció Domingo 27 de octubre del 2019, a los 74 años. Ella había cumplido los 74 apenas dos semanas antes. La mañana que falleció, mi abuelita fue a la iglesia contenta, se sintió mal de repente en la capilla, pero insistió que se sentía bien, y siempre la queremos complacer. Tomo la santa cena y despues recibio una bendicion de salud y consuelo del sacerdocio antes de fallecer. Estos actos en sus últimas horas en esta tierra demuestran el tipo de persona que es mi abuelita. Una persona siempre llena de fe, ama a su Padre Celestial, ama a su familia, disfruto ser feliz, amaba a todos los que aman a su Padre Celestial, y alguien que sabía cuánto la amamos.
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Viewing October 30, 2019 at 6:00 PM - 7:00 PM
Memorial Redwood Mortuary and Cemetery 6500 South Redwood Road, West Jordan, Utah 84123





Funeral Service
October 30, 2019 at 7:00 PM
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